26 mar 2021

Tres de Esopo

Hace muchos siglos atrás vivió un hombre llamado Esopo quien amaba contar historias donde humanizaba a los animales y concluía con moralejas. Fue la inspiración para diferentes escritores como el francés Jean de La Fontaine o el español Samaniego, entre otros.

Quiero regalarte tres de sus fábulas que han sido tomadas por muchos contadores de cuentos y han deleitado a grandes y chicos. Te propongo darle un tono de narrador a la hora de leerlas en voz alta.


1. El águila, el cuervo y el pastor.

Lanzándose desde una cima,

un águila arrebató a un corderito.

 

La vio un cuervo y tratando de imitar al águila,
se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal

conocimiento en el arte que sus garras se

enredaron en la lana, y batiendo al máximo
sus alas no logró soltarse.

Viendo el pastor lo que sucedía,

cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas,

se lo llevó a sus niños.

 

Le preguntaron sus hijos acerca de qué clase
de ave era aquella, y él les dijo:
- Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.

 Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás preparado, no en lo que no te corresponde.


02 - El águila, la liebre y el escarabajo.

Estaba una liebre siendo perseguida por un águila,
y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo,
suplicándole que le ayudara.

Le pidió el escarabajo al águila que perdonara

a su amiga. Pero el águila, despreciando
la insignificancia del escarabajo,
devoró a la liebre en su presencia.

Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra.  Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus huevos.

Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo,
viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de estiércol,
voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus.

Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos.

Nunca desprecies lo que parece insignificante,
pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.


03 - El águila de ala cortada y la zorra.

Cierto día un hombre capturó a un águila,
le cortó sus alas y la soltó en el corral junto
con todas sus gallinas. Apenada, el águila,
quien fuera poderosa, bajaba la

cabeza y pasaba sin comer: se sentía
como una reina encarcelada.
 

Pasó otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla.
Le arrancó las plumas cortadas y se las hizo crecer de nuevo. 

Repuesta el águila de sus alas, alzó vuelo, apresó
a una liebre para llevársela en agradecimiento a su liberador.
 

La vio una zorra y maliciosamente la mal
aconsejaba diciéndole:
--No le lleves la liebre al que te liberó,
sino al que te capturó; pues el que te liberó
ya es bueno sin más estímulo.
Procura más bien ablandar al otro,
no vaya a atraparte de nuevo y te
arranque completamente las alas.

Siempre corresponde generosamente con tus bienhechores, y por prudencia mantente alejado de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto.

 

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