19 dic 2019

Un regalo para ti.



A MARGARITA DEBAYLE- Rubén Dario 
Margarita, está linda la mar, 
y el viento 
lleva esencia sutil de azahar; 
yo siento 
en el alma una alondra cantar: 
tu acento.
Margarita, te voy a contar un cuento 

Este era un rey que tenía 
un palacio de diamantes, 
una tienda hecha de día 
y un rebaño de elefantes. 
Un kiosco de malaquita, 
un gran manto de tisú, 
y una gentil princesita, 
tan bonita, 
Margarita, 
tan bonita, como tú. 
Una tarde, la princesa 
vio una estrella aparecer; 
la princesa era traviesa 
y la quiso ir a coger. 
La quería para hacerla 
decorar un prendedor, 
con un verso y una perla 
y una pluma y una flor. 
Las princesas primorosas 
se parecen mucho a ti: 
Cortan lirios, cortan rosas, 
cortan astros. Son así. 
Pues se fue la niña bella, 
bajo el cielo y sobre el mar, 
a cortar la blanca estrella 
que la hacía suspirar. 
Y siguió camino arriba, 
por la luna y más allá; 
más lo malo es que ella iba 
sin permiso del papá. 
Cuando estuvo ya de vuelta 
de los parques del Señor, 
se miraba toda envuelta 
en un dulce resplandor. 
Y el rey dijo: “¿Qué te has hecho? 
Te he buscado y no te hallé; 
y ¿qué tienes en el pecho que encendido se te ve?” 
La princesa no mentía. 
Y así, dijo la verdad: 
“Fui a cortar la estrella mía a la azul inmensidad”.
Y el rey clama: 
“¿No te he dicho que el azul no hay que cortar? 
¡Qué locura! ¡Qué capricho! El Señor se va a enojar”. 
Y ella dice: 
“No hubo intento; yo me fui no sé por qué; 
por las olas y en el viento 
fui a la estrella y la corté”. 
Y el papá dice enojado: 
“Un castigo has de tener: 
Vuelve al cielo y lo robado 
vas ahora a devolver”. 
La princesa se entristece 
por su dulce flor de luz, 
cuando entonces aparece 
sonriendo el Buen Jesús. 
Y así dice: 
“En mis campiñas esa rosa le ofrecí 
son mis flores de las niñas 
que al soñar piensan en mí”. 
Viste el rey ropas brillantes, 
y luego hace desfilar 
cuatrocientos elefantes 
a la orilla de la mar. 
La princesa está bella, 
pues ya tiene el prendedor 
en que lucen, con la estrella, verso, perla, pluma y flor. 

Margarita, está linda la mar, 
y el viento 
lleva esencia sutil de azahar: 
tu aliento. 
Ya que lejos de mí vas a estar, 
guarda, niña, un gentil pensamiento 
al que un día te quiso contar un cuento.