La A es la primera letra del alfabeto
español y la primera de sus vocales. Aparece en el 13% de las palabras;
sin embargo, es la segunda que más palabras encabeza. De las 88.431
palabras registradas en el diccionario dela RAE (edición 22.ª, año
2001), 10.392 empiezan con esta letra, el 11’38%.
Es la letra más sonora, que se pronuncia
emitiendo la voz con la boca regularmente abierta, sin esfuerzo, por lo
que es la primera en ser proferida por los niños.
La A proviene de la letra fenicia áleph,
que significaba ‘buey’ y que se escribía como la mayúscula nuestra,
solo que al revés, con las patas arriba porque representaba los cuernos
del buey, la raya que los atraviesa marcaba las orejas y el vértice
formaba el hocico. Según los paleógrafos, los fenicios la tomaron de un
antiguo jeroglífico egipcio que representaba la cabeza de un buey. Con
el tiempo, los fenicios tumbaron este signo a la derecha, dejándolo muy
parecido a una trompeta. De los fenicios la copiaron los griegos, para
usarlo como letra A, ya puesta como nosotros la conocemos.
La a minúscula apareció en el
siglo II, al redondearse los trazos angulosos de la mayúscula con la
escritura rápida y uniendo las letras. Y la forma menos redondeada y que
aparece ahora en todos los teclados de ordenador (a) nació para la
imprenta.
Aunque la a ha desaparecido con el paso del tiempo de algunas palabras, como pócima (apócima todavía en 1513), sentar (Nebrija la registró a finales del s. XV aún como assentar) o tambor (atambor todavía en 1251), probablemente son muchas más las palabras que han evolucionado incorporándola a su inicio, comoacontecer (contecer en El poema del Mio Cid), aderezar (del antiguo derezar, s. XIII), arrepentirse(repentirse en el Cid), así (sí a mediados del s. X, que procedía a su vez del latín sīc ‘así’), atribular (del antiguo tribular), ayer (yer escribía Berceo), azufre (sufre hasta principio del s. XVI), atestiguar (el desusado testiguar sigue en el diccionario académico) o zaguán (azaguán en 1535). Durante siglos, la letraa ha tenido que disputar con la e un puesto en algunas palabras, con desigual resultado. Esto fue lo que sucedió con añadir, que en los orígenes del español era eñadir o eñader; arrecife (arracife hacia 1280);esconder, escuchar y piedad, que en el Cid aparecen como asconder, ascuchar y piadad, más acordes con sus raíces latinas ABSCONDĔRE, AUSCULTARE y PIETAS. También en el Cid se lee emparar, pero hacia 1200 ya es común amparar, más fiel a su raíz latina ANTEPARĀRE ‘prevenir’. Legaña fue lagaña hasta bien entrado el siglo XVIII y aún ahora conviven en algunos países americanos, siendo en Costa Rica lagaña la única usada. En el caso de humareda y humarada (derivadas de humo y con idéntico significado: ‘abundancia de humo’) el resultado provisional es de empate, pues coexisten.
Fuente: www.curiosidario.es
0 comentarios:
Publicar un comentario